Las mujeres que odian y critican el lenguaje inclusivo, pueden del tipo de mujeres maltratadas, con sindrome de Escolmo, que ponen una denuncia en el ministerio público cuando sus esposos las golpean, pero luego van arrepentidas o otorgarles el perdón para que la policía no vayan a detener al machista golpeador.
Estas mujers pueden ser de vista corta que no alcanzan a entender que el lenguaje inclusivo no se trata únicamente del cambio de una letra por otra en algunas palabras, sino de un cambio de mentalidad en la sociedad, pero sobre todo en los hombres, es la lucha de las mujeres por ganar visibilidad y respeto en una sociedad machista y cuando una mujer se opone al lenguaje inclusivo está demostrando fata de sororidad.