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Existe una amplia literatura relacionada con las técnicas de
la entrevista: sus fases, el raport, la empatía, la entrevista previa, la
entrevista profunda, las entrevistas estructuradas con cuestionarios, las
entrevistas abiertas, las mixtas, etcétera. Cualquier libro, artículo o página
web es buena para conocer los aspectos teóricos de la entrevista.
Sin embargo, es necesario entender, primero que nada, que
cada escenario donde se realiza una entrevista tiene sus particularidades.
Definitivamente no es lo mismo realizar una entrevista laboral, una entrevista
terapéutica o una entrevista de tipo forense.
En el escenario laboral, el entrevistado brindará datos
principalmente sobre su grado académico y la experiencia en el trabajo,
relacionada con el puesto a ocupar. Salvo contadas ocasiones el aspirante
miente acerca de estos datos y si esto pasa se reflejará tarde o temprano en su
desempeño laboral y las consecuencias del mismo pueden no ser significativas.
En el escenario terapéutico,
el paciente acude por su propia voluntad pues existe una molestia que lo
aqueja, esta misma preocupación hace que durante la entrevista con el terapeuta
brinde todo tipo de información que generalmente es auténtica, y en caso
contrario solo afecta su proceso terapéutico.
Pero en el ámbito penal, las cosas pueden cambiar
radicalmente, en este caso el
entrevistado no acude a realizarse una evaluación psicológica, con un psicólogo
forense por su propia voluntad, necesariamente éste tipo de intervenciones se
hacen necesarias a raíz de un hecho delictivo, una violación, un abuso sexual,
un secuestro, un asesinato, un asalto, un fraude, una agresión física,
etcétera, lo cual significa que existe una víctima y un victimario en la
mayoría de los casos y en ocasiones
algún testigo.
Ahí es donde se complican las cosas, ni las víctimas ni los
victimarios desean acudir por voluntad propia a ser evaluados por un psicólogo
forense, y si lo hacen, es porque están obligados por un proceso judicial, y esto se nota en el porcentaje elevado de personas que
faltan a la fecha establecida para su entrevista.
En el caso de las víctima, la entrevista se torna difícil,
ya que su estado emocional se encuentra alterado por el hecho delictivo vivido,
algunas personas pueden bloquearse al momento de recordar los momentos críticos
de la experiencia ocurrida, algunas personas pueden tener, incluso,
motivaciones ocultas de rencor y venganza hacia su agresor, por lo cual pueden
intentar magnificar los hechos buscando el castigo y la cárcel para el
responsable.
En el caso del victimario o presunto responsable, la
situación no cambia mucho, sabe que su situación legal, incluida su libertad,
está en juego. Por lo tanto tratará de manipular la información minimizando los
hechos y tratando de mostrar una personalidad adaptada, presentándose a sí
mismo como una persona incapaz de haber realizado el delito que se le imputa,
muchos llegaran a culpar a la víctima diciendo que ésta lo provocó, otros
negaran los hechos, en suma su libertad está en juego y depende de los resultados
de una opinión profesional del psicólogo forense.
En el caso de los testigos, se debe valorar la calidad de su
testimonio, y ver cuáles son las motivaciones que presentan ante la evaluación,
que la mayoría de las veces va coincidir con las de la víctima o el victimario.
No se debe olvidar tampoco, que no todas las víctimas son
víctimas ni todos los victimarios lo son. En la procuración de justicia,
también se llegan a dar falsas acusaciones, por venganza, por intereses
económicos o personales. Y se debe ser imparcial al realizar una evaluación
para evitar caer en errores por prejuicios o cuestiones morales o criterios
institucionales.
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