miércoles, 10 de julio de 2024

Diferencias entre la psicología clínica y la psicología forense.

Definitivamente, aun cuando las dos especialidades forman parte del marco conceptual de la Psicología, la psicología clínica y la forense presentan diferencias, aunque como aquella es más antigua, algunos clínicos consideran que, con la experiencia adquirida en ese campo, podrían intervenir como psicólogos forenses.

Al paso del tiempo y con la relevancia que el campo de la psicología forense fue adquiriendo, salieron a flote los contrastes con el área clínica.

En la actualidad un experimentado psicólogo clínico dista mucho de ser un buen psicólogo forense y viceversa.

Existen importantes diferencias en la metodología de una y otra especialidad.

Es relevante tener presente la diferencia entre el paciente del clínico y el evaluado del forense. Primordialmente la voluntariedad para participar en el proceso de evaluación y tratamiento terapéutico.

Por otro lado,  el aspecto del tiempo disponible en la terapia psicológica clínica y el tiempo necesario en una evaluación psicológica forense. Mientras el clínico realiza su proceso terapéutico por sesiones semanales de 50 minutos en promedio. El psicólogo forense solo dispone de dos o tres sesiones generalmente consecutivas con una duración aproximada de tres o cuatro horas.

La documentación en una y otra área es marcada, el especialista clínico considera como herramienta primordial la aplicación de pruebas psicológicas. Mientras que, en contraparte, algunos protocolos internacionales como el manual para la investigación eficaz de casos de tortura específica que no existen pruebas psicológicas adecuadas para analizar este tipo se problemática. En la intervención de los psicólogos en otros tipos de intervenciones tampoco es primordial la aplicación de pruebas psicológicas.

Por otra parte, el psicólogo clínico no le brinda la atención primordial a la revisión y análisis de fuentes documentales secundarias durante el proceso terapéutico, como lo hace el forense con la revisión del expediente legal o jurídico.

Para el psicólogo forense serán determinantes las fuentes de información del expediente en el proceso de evaluación así como en la determinación de la aplicación de determinadas las pruebas psicológicas específicas para el caso en cuestión.

Por ejemplo. Ninguna prueba psicológica arrojará indicios objetivos y reales de que un hombre ha sido el agresor sexual de una víctima como lo pueden hacer los indicios de semen encontrados en las prendas íntimas de la víctima. Datos determinantes que el psicólogo forense puede hallar al revisar el dictamen de química o genética contenidos en el expediente legal, y que arrojan elementos importantes en la elaboración del informe pericial.

Otra variable a considerar es el espacial, refiriéndonos a éste como el lugar donde se lleva a cabo la actividad profesional. Mientras el psicólogo clínico realiza la mayor parte de sus terapias en un consultorio con las condiciones mayormente controladas. El psicólogo forense por su parte realiza muchas de sus intervenciones en lugares que escapan de su control, como pueden ser estaciones de policía, agencias del ministerio público, fiscalías, cárceles y hospitales.

Finalmente, existen algunas cuestiones metodológicas muy importantes que marcan diferencias entre el clínico y el forense.

Generalmente el objetivo del psicólogo clínico es analizar una problemática de su paciente, establecer un diagnóstico y un posible tratamiento y llevarlo a cabo hasta dar de alta al paciente.

Mientras el psicólogo forense va responder a una pregunta de investigación o planteamiento del problema que le es solicitado una autoridad. Por lo que no establecerá un plan de tratamiento específico y detallado a seguir y no realizara terapia psicológica a su evaluado.