La sexualidad humana es un laberinto de posibilidades, definitivamente la sexualidad no es rosa y azul, no es macho y hembra, no es niño y niña, no es normal o anormal. la sexualidad humana tiene un serie de matices algunas veces difíciles de comprender y asimilar.
Y hablando de ámbito de la psicología forense se ven este tipo de posibilidades en la relaciones humanas con respecto a la sexualidad.
La sociedad quiere establecer una serie de parámetros y normas para el ejercicio de su sexualidad, por ejemplo se pretende que las relaciones sexuales sean entre un hombre y una mujer, ambos adultos, dentro del matrimonio, con fines de procreación.
No están socialmente aceptadas algunas conductas como la homosexualidad, la diferencia marcada de edades entre las parejas, las relaciones sexuales en personas de la tercera edad, las relaciones fuera del matrimonio, la infidelidad en el matrimonio, las relaciones entre familiares, etc.
Este tipo de normas de conducta aceptadas y no aceptadas crean una serie de prejuicios al momento de realizar una evaluación psicológica en caso de delitos sexuales. Por ejemplo, las normas marcarían que una víctima de violación sexual o una víctima de abuso sexual infantil, siempre va ser una persona pasiva, sumisa y débil, que va a sufrir alteraciones emocionales producto de la agresión. Se considera que una mujer que denuncia una violación siempre dice la verdad, que una adolecente que fue abusada sexualmente es un ser inocente que cayó en las manos de una bestia y que en consecuencia siempre hay que dejar caer todo el peso de la ley sobre el agresor sexual.
Dejando de lado la conducta del agresor para posterior análisis, revisemos la conducta peculiar de algunas víctimas:
Durante una denuncia la señora X declara que una tarde fue agredida sexualmente por un sujeto, quien la tomó por sorpresa, la metió en un auto compacto y con ayuda de otros dos cómplices y dentro del vehículo la atacó sexualmente por varios minutos, abrigándola a cambiar de posición dentro del auto, mientras los otros dos la sujetaban de los brazos. Su versión tenía poca credibilidad, pues cuatro personas dentro de una auto compacto en un ataque sexual, de acuerdo con su versión, tenía poca coherencia. En el expediente se encontró la versión del inculpado quien declaraba que no la había violado, que eran amantes y que en varias ocasiones habían ingresado a un hotel para tener relaciones sexuales, existiendo constancia de su dicho en el expediente. Después de las investigaciones se logró saber que la señora X tenía varios años casada con un hombre estéril, quien ya sabía que él no podía tener hijos. La mujer luego de engañar a su pareja con otro hombre había resultado embarazada y para justificarse con su esposo inventó que había sido violada, provocando que su amante fuera encarcelado.
En este caso la víctima de violación no era tal, por el contrario había inventado una violación para justificar su infidelidad y haber quedado embarazada de su amante, mandando a la cárcel a su "presunto violador".
La adolescente Z vivía con su madre, sus hermanos y su padrastro, una noche éste entró a su cuarto y abusó de ella, esta es su declaración:
“Mi primera relación sexual fue con mi padrastro. Yo tenía 16 años, y fue entonces cuando una noche él fue a mi cuarto y me empezó a quitar mi ropa yo nunca hice nada, no podía ni hablar y fue entonces que él me empezó a acariciar mi cara y me empezó a besar y entonces él se subió a mi cama, no estaba tomado, no olía a que hubiera estado drogado, me quitó el short, yo me agarraba el short, pero de todos modos me lo quitó, pero no forcejeamos, ni lo hizo a la fuerza, después me penetró y cuando terminó se salió de mi cuarto, yo sólo lo que hacía era ponerme la ropa y me acosté de nuevo pero no pude dormir, al siguiente día yo sólo me cambie para irme a la escuela y el día siguió igual, yo no decía nada, yo nunca le dije a nadie lo que me pasaba porque no quería que supieran que había estado con él. Dicen que cuando estás con un hombre la primera vez te duele o te sale sangre, pero yo no sentí nada y tampoco sangré, y después paso el tiempo y él iba a mi cuarto pero yo sentía que quería estar con él, mi mamá nunca se daba cuenta que él iba a mi cuarto. Fue entonces cuando yo comencé a tener relaciones con él. Fueron varias veces las que iba al cuarto, ya después de las dos o tres semanas empecé yo también hacerlo con él, ya dejaba que me besara, antes era él quien me quitaba la ropa y después yo misma me quitaba la ropa y se la quitaba a él, dos veces me subí yo arriba de él, ya esperaba a que llegara en la noche, entraba tres veces por semana. Sexualmente sí disfrutaba, una vez cuando estábamos teniendo relaciones sentí escalofríos, me sentí diferente porque nunca había sentido eso, esto fue casi por medio año, porque después yo salí embarazada de la niña y ya no podía tener relaciones con él. Me di cuenta que estaba embarazada porque ya no menstruaba, fue hasta los dos meses, no lo quería tener y por eso me iba a jugar fútbol y después me quedaba a entrenar más, en el estadio subíamos y bajábamos las escaleras, lo hacía para ver si se me venía, pensaba que haciendo ejercicio iba a abortar, cuando tenía tres o cuatro meses le dije a él que estaba embarazada y le dije que no lo quería tener y él me dijo que hiciera lo que yo pensaba, nos pusimos de acuerdo que yo iba a decir que estaba embarazada de un muchacho conocido, él dijo que estaba bien eso. A los seis meses se enteró mi mamá y me dijo que ya qué hacía, ni modo de pegarme, yo le dije que era de un novio”.
Esto si se puede considerar un abuso sexual infantil por la diferencia de edades entre ella y su padrastro, sin embargo, en ella no hay alteraciones psicológicas, ni sufrimiento emocional, ni ninguno de los síntomas característicos de una víctima de abuso sexual de acuerdo como lo marca la literatura especializada en el tema. Simplemente parece ser una adolescente enamorada quien inicia su vida sexual y resulta embarazada, con la salvedad de que su pareja era su padrastro, un hombre mucho mayor que ella.
En otro caso, una mujer centro americana, quien cruzó todo México para ingresar como indocumentada a los Estados Unidos, es secuestrada junto con otro grupo de mujeres y hombres indocumentados, y mantenida durante varios días en una casa de seguridad en la frontera, durante su cautiverio es abusada sexualmente por uno de sus captores. Durante su evaluación se le notó emocionalmente estable, incluso feliz y animada de que hubiera sido rescatada junto con todos los demás. La versión se su ataque sexual la narró de manera espontánea, relajada, incluso sonriendo en algunas veces, emocionalmente no se encontraron alteraciones ni tampoco sintomatología de las víctimas de agresión sexual. Durante su evaluación psicológica señaló que se había casado inicialmente con un hombre violento quien la golpeaba con frecuencia y quien la obligaba todas las noches a tener relaciones sexuales con él, pero sin que ella lo disfrutara. Posteriormente lo dejó para juntarse con otro hombre igual, quien también la golpeaba y con quien tampoco vivió una vida sexual satisfactoria.
De tal manera que su historia personal la llevó a aprender a no sentir sensaciones placenteras durante una relación sexual, simplemente aprendió a ser usada por el hombre y a esperar a que éste terminara. Así pues el "ataque sexual" que sufrió durante su cautiverio no le causo mayores conflictos emocionales, pues fue una relación sexual más, similar a las que había vivido con sus anteriores parejas. Esto no significa de ningún modo que no haya ocurrido un delito y que no se tenga que buscar un castigo al agresor sexual.
Así pues, al momento de realizar una evaluación psicológica de corte forense, en casos de agresiones sexuales, de deben dejar de lado los prejuicios sociales a fin de atender el asunto de la manera más objetiva posible. Es necesario entender que no todas las víctimas de agresiones sexuales son víctimas e inocentes, ni todos los agresores sexuales son culpables, así mismo, una agresión sexual no siempre va a dejar alteraciones emocionales o traumas psicológicos, lo cual tampoco significa que no hubiera ocurrido la conducta delictiva, ni que se deba exonerar al agresor sexual.
Temas sobre Psicología Forense, este espacio es para dar un orientación básica a los profesionales y personas interesadas en la Psicología Forense, legal o jurídica.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
miércoles, 28 de octubre de 2009
Fundamento Legal de la Psicología Forense en México
La base legal que respalda el trabajo del perito en práctica en México se encuentra contenida en el Código de Procedimientos Penales para el D.F., en sus artículos 163-165 bis y 168-179; en el Código Federal de Procedimientos Civiles, Art. 144 al 159; en el Código Federal Procedimientos Penales Art. 229-239; en la Ley Federal del Trabajo Art. 821-826, lineamientos que reconocen al perito como auxiliar del ministerio público y del juez en virtud de sus conocimientos "Científicos, artísticos o prácticos".
La Psicología como ciencia tiene injerencia en el ámbito legal en diferentes instancias de Procuración de Justicia.(Servicios Periciales, Centro de Terapia de Apoyo, Centro de Atención a Violencia Intrafamiliar, Albergue Temporal, etc.).
La Pericial Psicológica en el D.F., está fundamentada en el Art. 52 del Código Penal para el DF. Y en el Art. 296 Bis del Código de Procedimientos Penales para el DF., el cual señala:
"Durante la instrucción, el tribunal que conozca del proceso deberá tomar en cuenta las circunstancias peculiares del inculpado, allegándose datos para conocer su edad, educación e ilustración; sus costumbres y conductas anteriores; los motivos que lo impulsaron a delinquir, sus condiciones económicas y las especiales en que se encontraba en el momento de la comisión del delito; la pertenencia del inculpado en su caso, aun grupo étnico indígena y las practicas y características de cómo miembro de dicho grupo pueda tener; demás antecedentes personales que puedan comprobarse; así coma los vínculos de parentesco, amistad o nacidos de otras relaciones sociales. la calidad de las personas ofendidas y las circunstancias de tiempo. lugar. modo y ocasión. que en su conjunto demuestren la gravedad del ilícito y el grado de culpabilidad del agresor".
De acuerdo al Código Federal de Procedimientos Penales tanto el Ministerio Público como el Juez, al advertir cualquier incapacidad mental y en aplicación de las reglas contenidas en el Art. 495 que señala:
“Tan pronto como se sospeche que el inculpado este loco, idiota, imbécil o sufra cualquier otra debilidad, enfermedad o anomalía mentales, el Tribunal lo mandara examinar por peritos Médicos sin perjuicios de continuar el procedimiento en la forma ordinaria. Si existe motivo fundado ordenara provisionalmente la reclusión del inculpado en Manicomio o en Departamento Especial".
La Psicología como ciencia tiene injerencia en el ámbito legal en diferentes instancias de Procuración de Justicia.(Servicios Periciales, Centro de Terapia de Apoyo, Centro de Atención a Violencia Intrafamiliar, Albergue Temporal, etc.).
La Pericial Psicológica en el D.F., está fundamentada en el Art. 52 del Código Penal para el DF. Y en el Art. 296 Bis del Código de Procedimientos Penales para el DF., el cual señala:
"Durante la instrucción, el tribunal que conozca del proceso deberá tomar en cuenta las circunstancias peculiares del inculpado, allegándose datos para conocer su edad, educación e ilustración; sus costumbres y conductas anteriores; los motivos que lo impulsaron a delinquir, sus condiciones económicas y las especiales en que se encontraba en el momento de la comisión del delito; la pertenencia del inculpado en su caso, aun grupo étnico indígena y las practicas y características de cómo miembro de dicho grupo pueda tener; demás antecedentes personales que puedan comprobarse; así coma los vínculos de parentesco, amistad o nacidos de otras relaciones sociales. la calidad de las personas ofendidas y las circunstancias de tiempo. lugar. modo y ocasión. que en su conjunto demuestren la gravedad del ilícito y el grado de culpabilidad del agresor".
De acuerdo al Código Federal de Procedimientos Penales tanto el Ministerio Público como el Juez, al advertir cualquier incapacidad mental y en aplicación de las reglas contenidas en el Art. 495 que señala:
“Tan pronto como se sospeche que el inculpado este loco, idiota, imbécil o sufra cualquier otra debilidad, enfermedad o anomalía mentales, el Tribunal lo mandara examinar por peritos Médicos sin perjuicios de continuar el procedimiento en la forma ordinaria. Si existe motivo fundado ordenara provisionalmente la reclusión del inculpado en Manicomio o en Departamento Especial".
viernes, 16 de octubre de 2009
Algo sobre el perfil del abusador sexual
En su libro El estudio del delincuente, Hilda Marchiori, realiza los siguientes argumentos respecto al abusador sexual:
A.- “La personalidad del delincuente sexual se caracteriza por una acentuada inmadurez emocional, existe un desequilibrio afectivo que se proyecta en las conductas repetitivas”
B.- “La personalidad básica del abusador sexual se puede manifestar en un comportamiento tímido, inhibido, reservado este comportamiento resulta paradojal en la conducta sexual”.
C.- “Presenta dificultades para la comunicación interpersonal, puede existir cierto aislamiento”.
D.- “Es evidente que el área donde confluye la conflictiva es la afectiva, la búsqueda de afecto en otra persona es evidente”.
E.- “El abusador sexual, como medida de protección niega su conducta sexual manifestando como un recurso protector de tipo inconsciente”
B.- “La personalidad básica del abusador sexual se puede manifestar en un comportamiento tímido, inhibido, reservado este comportamiento resulta paradojal en la conducta sexual”.
C.- “Presenta dificultades para la comunicación interpersonal, puede existir cierto aislamiento”.
D.- “Es evidente que el área donde confluye la conflictiva es la afectiva, la búsqueda de afecto en otra persona es evidente”.
E.- “El abusador sexual, como medida de protección niega su conducta sexual manifestando como un recurso protector de tipo inconsciente”
La misma autora nos menciona en su libro Psicología criminal en la pág. 42 que:
“Los delitos sexuales pueden ser cometidos por individuos “adaptados” y a la dinámica de esa conducta está ligada a una momentánea excitación erótica que viene a desarrollarse bajo la influencia de estados de intoxicación como puede ser el alcohol”.
Asimismo la personalidad del abusador sexual está centralizada en el área sexual y puede presentarse en todos los niveles de la vida de una forma seudoadaptativa, como puede ser en el área laboral, educacional, familiar y social.
Por otra parte, Beate Beesten en su obra “Abusos sexuales en los niños” refiere que:
“Los autores de actos sexuales son personas “normales” son profesores, terapeutas, vendedores, médicos, sacerdotes, pedagogos, cocineros, criadores de perros, administradores, funcionarios, padres de familia, vecinos, tíos, hermanos, abuelos, etc.”.
“Los autores de actos sexuales son personas “normales” son profesores, terapeutas, vendedores, médicos, sacerdotes, pedagogos, cocineros, criadores de perros, administradores, funcionarios, padres de familia, vecinos, tíos, hermanos, abuelos, etc.”.
Así entonces, tenemos que, de acuerdo con lo anterior, cualquier persona, bajo ciertas condiciones puede emitir una conducta de abuso sexual, por lo tanto, se debe desechar la idea de que un abusador sexual es una persona perversa y enferma que se encuentra escondida en un rincón obscuro esperando el momento adecuado para atacar a su víctima, esto no es así, por lo tanto cuando un psicólogo forense que evalúa a un individuo acusado de abuso sexual, encuentra en él a una persona totalmente adaptada, sin patología evidente y sin trastorno psicológico alguno, esto no quiere decir que él no cometió la conducta que se le imputa, pero tampoco existen los elementos para negar dicha acusación. Por esto, la labor del psicólogo forense en este tipo de asuntos es muy delicada, pues se corre el riesgo de catalogar como abusador sexual a un inocente o por el contrario dejar sin castigo a una persona que ha abusado sexualmente de alguien.
Definitivamente, el perito en psicología forense difícilmente se va a encontrar con una persona que cumpla con todos los criterios del DSM-IV para diagnosticar un trastorno sexual como la pedofilia.
Cuando se tiene una intervención de esta naturaleza se debe analizar todas las circunstancias alrededor el hecho, analizar todas las evidencias, la versión de la parte acusadora, la versión del acusado, analizar la personalidad de la víctima y del abusador para analizar si existe una correspondencia, recordemos que el abusador va a escoger a su víctima en base a sus características de personalidad.
Pero sobre todo se debe ser completamente objetivo, dejando fuera cualquier tipo de prejuicio y evitando que nuestras emociones personales interfieran con nuestro análisis y que pudieran afectar nuestra conclusión final.
lunes, 5 de octubre de 2009
Autopsia Psicológica ¿Homicidio o Suicidio?
Cuando un Ministerio Público se encuentra ante un caso donde, de acuerdo con sus investigaciones, no tiene los elementos para establecer si una persona fue asesinada o si falleció por su propia mano, es decir se suicidó, recurre al perito en psicología forense para solicitar que se realice una Autopsia Psicológica a la persona fallecida.
La autopsia psicológica es entonces un estudio que tiene la finalidad de establecer si la persona tenía una personalidad de tipo depresiva con pensamientos autoagresivos de muerte, y en todo caso, si había tenido pensamientos suicidas, ideas de muerte, conductas autodestructivas o intentos fallidos de suicidio.
La autopsia es un estudio retrospectivo indirecto de la conducta, personalidad y estado emocional previos al fallecimiento de la persona.
Para este tipo de estudio el perito recurrirá a todas las fuentes de datos disponibles y accesibles que le permitan reunir toda la información necesaria para establecer cuál era el comportamiento de la persona previo a su muerte.
El psicólogo forense pedirá al ministerio público se le faciliten los medios para poder entrevistar a la mayor cantidad posible de personas que tuvieron relación con el occiso, desde familiares directos e indirectos, profesores, compañeros de escuela o trabajo, jefes inmediatos y superiores, amigos, parejas sentimentales, novias, esposa, etcétera, sobre todo las personas con las que convivió los últimos días previos al fallecimiento.
Asimismo se pedirá acceso al lugar donde se encontró el cuerpo, y al expediente o averiguación previa, para conocer todos los detalles relacionados con las circunstancias y causas del fallecimiento.
También se analizaran los objetos personales como son ropa, calzado, artículos de arreglo personal, cuadernos, notas escolares, historias académicas, diarios personales, correspondencia, etcétera.
Si existe una carta o recado póstumo también se analizará.
Existirán casos en donde también se podrán solicitar expedientes personales de tipo laboral, que aportaran datos importantes como resultados de pruebas psicológicas aplicadas durante el proceso de reclutamiento y selección, incapacidades, faltas, cambios de puestos, y expedientes médicos.
Toda la información recabada tendrá la finalidad de establecer el perfil de personalidad y su estado emocional previo al fallecimiento, detectando posibles estados depresivos, trastornos de la personalidad, intentos de suicidio previos, comentarios de muerte o deseos de morir, cambios significativos, problemas de pareja, familia, laborales o económicos.
Se tomaran también en cuenta si tenía metas o proyectos personales o profesionales a corto, mediano y largo plazo.
Finalmente, el dictamen o informe deberá dar luz al ministerio público sobre la personalidad y el estado emocional de la persona previo a su muerte. Y si tenía o no un comportamiento presuicida que hubiera influido para que se quitara la muerte por su propia mano. Teniendo siempre presente que la conclusión será si el sujeto tenía o no ideas suicidas, pensamientos de muerte o estados depresivos previos a su deceso y nunca se asegurará que el sujeto se quitó la vida por sí mismo.
La autopsia psicológica es entonces un estudio que tiene la finalidad de establecer si la persona tenía una personalidad de tipo depresiva con pensamientos autoagresivos de muerte, y en todo caso, si había tenido pensamientos suicidas, ideas de muerte, conductas autodestructivas o intentos fallidos de suicidio.
La autopsia es un estudio retrospectivo indirecto de la conducta, personalidad y estado emocional previos al fallecimiento de la persona.
Para este tipo de estudio el perito recurrirá a todas las fuentes de datos disponibles y accesibles que le permitan reunir toda la información necesaria para establecer cuál era el comportamiento de la persona previo a su muerte.
El psicólogo forense pedirá al ministerio público se le faciliten los medios para poder entrevistar a la mayor cantidad posible de personas que tuvieron relación con el occiso, desde familiares directos e indirectos, profesores, compañeros de escuela o trabajo, jefes inmediatos y superiores, amigos, parejas sentimentales, novias, esposa, etcétera, sobre todo las personas con las que convivió los últimos días previos al fallecimiento.
Asimismo se pedirá acceso al lugar donde se encontró el cuerpo, y al expediente o averiguación previa, para conocer todos los detalles relacionados con las circunstancias y causas del fallecimiento.
También se analizaran los objetos personales como son ropa, calzado, artículos de arreglo personal, cuadernos, notas escolares, historias académicas, diarios personales, correspondencia, etcétera.
Si existe una carta o recado póstumo también se analizará.
Existirán casos en donde también se podrán solicitar expedientes personales de tipo laboral, que aportaran datos importantes como resultados de pruebas psicológicas aplicadas durante el proceso de reclutamiento y selección, incapacidades, faltas, cambios de puestos, y expedientes médicos.
Toda la información recabada tendrá la finalidad de establecer el perfil de personalidad y su estado emocional previo al fallecimiento, detectando posibles estados depresivos, trastornos de la personalidad, intentos de suicidio previos, comentarios de muerte o deseos de morir, cambios significativos, problemas de pareja, familia, laborales o económicos.
Se tomaran también en cuenta si tenía metas o proyectos personales o profesionales a corto, mediano y largo plazo.
Finalmente, el dictamen o informe deberá dar luz al ministerio público sobre la personalidad y el estado emocional de la persona previo a su muerte. Y si tenía o no un comportamiento presuicida que hubiera influido para que se quitara la muerte por su propia mano. Teniendo siempre presente que la conclusión será si el sujeto tenía o no ideas suicidas, pensamientos de muerte o estados depresivos previos a su deceso y nunca se asegurará que el sujeto se quitó la vida por sí mismo.
domingo, 20 de septiembre de 2009
El Dictamen Pericial en materia de Psicología Forense
El Dictamen Pericial es el resultado final de la intervención de un perito; es la opinión técnica, científica o profesional que emite un experto en cualquier arte, ciencia, profesión o actividad con respecto al análisis o examen realizado a un planteamiento sometido a su conocimiento respectivo, en este caso, el perito en materia de Psicología Forense.
El Dictamen psicológico es entonces el resultado de una evaluación psicológica. A lo largo de la práctica como perito, y sobre todo en las intervenciones como perito tercero en discordia, he visto diferentes formatos de dictamen, desde machotes con cuadros de opciones donde se pone paloma o tache según lo encontrado en una entrevista hasta reportes de investigación que bien pudieran aparecer en una revista científica.
Por otra parte, he visto formatos de dictamen del tipo "estándar", es decir dichos formatos son aplicados para cualquier tipo de intervención en materia de psicología forense, o sea que se aplica en mismo formato de dictamen para evaluaciones en casos de violación, secuestro, abuso sexual infantil, entre muchos otros y lo que puede suceder con estos formatos es que se puede caer en algún tipo de sesgo en la información que puede afectar el resultado final de la evaluación. Aquí es necesario reconocer que cada evaluación debe tener sus propias variantes en la metodología a aplicar, pues definitivamente no se puede aplicar la misma metodología para evaluar a un menor de edad víctima de abuso sexual infantil, a un adulto víctima de secuestro, o a un mujer víctima de una agresión sexual por tal motivo no se puede tener un formato definitivo para todo tipo de evaluación psicológica, sino que se debe establecer un protocolo de evaluación psicológica para los diferentes tipo de intervención posibles en materia de psicología forense.
De tal manera que se debe evitar seguir un formato estándar para la realización de una evaluación psicológica. Lo recomendable es seguir los protocolos establecidos para cada caso que ya se han aplicado por asociaciones nacionales e internacionales para los diferentes tipos de temas a investigar, por ejemplo, el "Protocolo de Estambul" marca los lineamientos a seguir para investigar casos de posible tortura, en el caso de abuso sexual infantil existe varias ONG´s que proponen diferentes protocolos para estos casos, de igual manera sucede con los protocoles de atención a mujeres violadas. Así pues como parte de la preparación previa para intervenir en una evaluación psicológica está la investigación de la literatura relativa al tipo de intervención que se va atender incluida la revisión de los protocolos usados y recomendados por organizaciones especializadas en dicha temática.
El Dictamen psicológico es entonces el resultado de una evaluación psicológica. A lo largo de la práctica como perito, y sobre todo en las intervenciones como perito tercero en discordia, he visto diferentes formatos de dictamen, desde machotes con cuadros de opciones donde se pone paloma o tache según lo encontrado en una entrevista hasta reportes de investigación que bien pudieran aparecer en una revista científica.
Por otra parte, he visto formatos de dictamen del tipo "estándar", es decir dichos formatos son aplicados para cualquier tipo de intervención en materia de psicología forense, o sea que se aplica en mismo formato de dictamen para evaluaciones en casos de violación, secuestro, abuso sexual infantil, entre muchos otros y lo que puede suceder con estos formatos es que se puede caer en algún tipo de sesgo en la información que puede afectar el resultado final de la evaluación. Aquí es necesario reconocer que cada evaluación debe tener sus propias variantes en la metodología a aplicar, pues definitivamente no se puede aplicar la misma metodología para evaluar a un menor de edad víctima de abuso sexual infantil, a un adulto víctima de secuestro, o a un mujer víctima de una agresión sexual por tal motivo no se puede tener un formato definitivo para todo tipo de evaluación psicológica, sino que se debe establecer un protocolo de evaluación psicológica para los diferentes tipo de intervención posibles en materia de psicología forense.
De tal manera que se debe evitar seguir un formato estándar para la realización de una evaluación psicológica. Lo recomendable es seguir los protocolos establecidos para cada caso que ya se han aplicado por asociaciones nacionales e internacionales para los diferentes tipos de temas a investigar, por ejemplo, el "Protocolo de Estambul" marca los lineamientos a seguir para investigar casos de posible tortura, en el caso de abuso sexual infantil existe varias ONG´s que proponen diferentes protocolos para estos casos, de igual manera sucede con los protocoles de atención a mujeres violadas. Así pues como parte de la preparación previa para intervenir en una evaluación psicológica está la investigación de la literatura relativa al tipo de intervención que se va atender incluida la revisión de los protocolos usados y recomendados por organizaciones especializadas en dicha temática.
jueves, 17 de septiembre de 2009
¿Cómo selecciona el pedófilo a su víctima?
"El ofensor sexual que siente el impulso de satisfacer sus impulsos sexuales con un menor va a tener que seleccionar a su víctima de la misma manera que lo haría cualquier criminal, no va a exponer su vida o su libertad de manera tan insensata como para hacerlo con el primero que se le aparezca. Tiene que haber un pensamiento previo o bien una preparación.
Cuando se trata de seducir o conseguir la aceptación sexual de un infante o menor de edad, es decir, la aceptación de ser violado en la intimidad emocional o física, el niño tiene que tener ciertas características. Definitivamente el agresor sexual no lo haría con todos.
Todos los niños tienen diferente carácter, existen niños que no se dejarían tocar ni un cabello y otros que pueden ser víctimas y pueden sucumbir ante una tentativa de abuso. Estos niños van a presentar muchos síntomas en la personalidad: la timidez, el retraimiento, el aislamiento, quizá la falta de alegría de vivir, la aparente necesidad de protección. Estos en la mira de un pedófilo son la víctima ideal y va a empezar el proceso de seducción en el que se acercaran y dirán: ¿Qué te pasa? ¿Que tienes? ¿Que necesitas? Yo te puedo ayudar, yo puedo ser tu amigo, yo te quiero. Así van ganando la confianza de la víctima. Éste no es el violador desconocido que se va a encimar brutalmente sobre el cuerpo de la víctima. No, aquí hay otro proceso en el que se selecciona a la víctima porque la víctima al igual que el ofensor también tiene una patología". (Lammoglia, 2002).
Existen personas que no saben manejar sus instintos y se fugan en el momento de peligro haciendo actos insensatos. Lo mismo ocurre con muchas víctimas del abuso sexual que se quedaron paralizadas porque no supieron manejar su emoción y se evadieron por caminos falsos. Como el silencio, la prudencia o la parálisis.
Una vez que esto sucede, viene el sentimiento de culpa y cuando éste se desarrolla es un freno para todo. Provoca un pánico que mantiene a la víctima callada. La víctima piensa que fue ella quien propició todo. Y esto es lo que buscaba el pedófilo, un niño con un patología que le impidiera evitar sus ataques, pero sobre todo un niño que pudiera manipular y que no lo delatara.(Lammoglia, 2002).
lunes, 14 de septiembre de 2009
Resiliencia y Psicología Forense
En esos casos encontré que dos personas que sufrieron un mismo evento traumático no presentaban las mismas consecuencias emocionales, llamaba mucho mi atención como algunas de estas personas se mostraban con un estado emocional completamente afectado, mientras que otras, no solo no mostraban síntoma alguno de alteración psicológica, sino que llegaban incluso a manifestarse sorprendentemente tranquilas y lucidas y aún más, fortalecidas con la experiencia vivida, como mostrando haber superado un obstáculo más en su vida. Hubo incluso algunas que llegaron a bromear sobre la situación.
Inicialmente llegué a pensar incluso que estaban inventando o mintiendo en relación a su versión de los hechos, pues el sentido común indica que cualquier víctima de un evento traumático o delictivo debe presentar síntomas relacionados con ansiedad, tristeza, depresión, miedo, temor, llanto, etcétera y que de no presentarse estos estados emocionales significaría que estos no sucedieron o incluso que se ha realizado un denuncia falsa.
Incluso la literatura relacionada con los diferentes tipos de actos delictivos, los libros y artículos científicos sobre violación, tortura, secuestro, abuso sexual infantil, agresiones físicas, violencia intrafamiliar, etcétera, casi siempre son catálogos de la sintomatología que las víctimas de estos eventos van a presentar. Pocos autores hacen la aclaración de que pueden existir personas en las cuales no aparecerá una afectación psicoemocional como secuela de una agresión sufrida o de un evento traumático vivido.
Las personas que no presentan alteraciones emocionales después de haber vivido un accidente o evento violento no significa que no sean víctimas de tales hechos, sino que presentan una característica de personalidad conocida como Resiliencia, la cual les da la fortaleza psicológica de sobrevivir situaciones adversas.
Esta característica de personalidad hace que niños que han sido víctimas de abuso sexual infantil, mujeres agredidas sexualmente, hombres torturados, empresarios secuestrados logren seguir adelante con sus vidas como si nada hubiera pasado mientras que otras personas se hunden en profundas depresiones, o son diagnosticadas con trastornos de ansiedad o del tan mencionado síndrome de estrés postraumático.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)