lunes, 14 de septiembre de 2009

Resiliencia y Psicología Forense

En la práctica profesional como Psicólogo Forense me ha tocado en varias ocasiones evaluar a dos o más personas víctimas de un mismo suceso traumático o delictivo. Pasando por el abuso sexual infantil en dos hermanos, a la tortura a dos internos de un reclusorio o al secuestro de cinco personas en momentos diferentes pero por una misma banda de secuestradores, entre otros casos, en estas intervenciones me he encontrado con algo que inicialmente me sorprendió y que ahora comprendo.

En esos casos encontré que dos personas que sufrieron un mismo evento traumático no presentaban las mismas consecuencias emocionales, llamaba mucho mi atención como algunas de estas personas se mostraban con un estado emocional completamente afectado, mientras que otras, no solo no mostraban síntoma alguno de alteración psicológica,  sino que llegaban incluso a manifestarse sorprendentemente tranquilas y lucidas y aún más, fortalecidas con la experiencia vivida, como mostrando haber superado un obstáculo más en su vida. Hubo incluso algunas que llegaron a bromear sobre la situación.

Inicialmente llegué a pensar incluso que estaban inventando o mintiendo en relación a su versión de los hechos, pues el sentido común indica que cualquier víctima de un evento traumático o delictivo debe presentar síntomas relacionados con ansiedad, tristeza, depresión, miedo, temor, llanto, etcétera y que de no presentarse estos estados emocionales significaría que estos no sucedieron o incluso que se ha realizado un denuncia falsa.

Incluso la literatura relacionada con los diferentes tipos de actos delictivos, los libros y artículos científicos sobre violación, tortura, secuestro, abuso sexual infantil, agresiones físicas, violencia intrafamiliar, etcétera, casi siempre son catálogos de la sintomatología que las víctimas de estos eventos van a presentar. Pocos autores hacen la aclaración de que pueden existir personas en las cuales no aparecerá una afectación psicoemocional como secuela de una agresión sufrida o de un evento traumático vivido.

Las personas que no presentan alteraciones emocionales después de haber vivido un accidente o evento violento no significa que no sean víctimas de tales hechos, sino que presentan una característica de personalidad conocida como Resiliencia, la cual les da la fortaleza psicológica de sobrevivir situaciones adversas.

Esta característica de personalidad hace que niños que han sido víctimas de abuso sexual infantil, mujeres  agredidas sexualmente, hombres torturados, empresarios secuestrados logren seguir adelante con sus vidas como si nada hubiera pasado mientras que otras personas se hunden en profundas depresiones, o son diagnosticadas con trastornos de ansiedad o del tan mencionado síndrome de estrés postraumático.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Esquizofrenia y Psicología Forense



La característica principal de la esquizofrenia es la pérdida del contacto con la realidad, en donde la persona presenta alucinaciones, percepciones olfativas, auditivas o visuales que distorsionan la realidad.

Una persona con esquizofrenia, generalmente, manifiesta un pensamiento desorganizado, delirios, alteraciones perceptuales (alucinaciones), alteraciones afectivas, del lenguaje y conductuales. El diagnóstico se basa en las experiencias reportadas por el mismo paciente y en el comportamiento observado por el examinador. No existen en la actualidad alguna prueba de laboratorio para el diagnóstico de  esta enfermedad.

En algunas ocasiones estas personas se presentan ante los juzgados y agencias del ministerio público o hacen denuncias ante las diferentes corporaciones policiacas de delitos relacionados con sus alucinaciones o alteraciones perceptuales. Al momento de dar sus declaraciones su lenguaje e ideas son incoherentes. En estos casos es cuando las autoridades pueden requerir la intervención del Psicólogo Forense. La autoridad correspondiente necesita que el psicólogo la oriente para saber si da inicio a la investigación del delito o canaliza a la persona a otra instancia. Pero este tipo de intervenciones son especiales, pues no se le puede decir a la persona que va a estar presente un psicólogo, pues ya de por sí, puede traer ideas paranoides, por tal motivo se recomienda que el psicólogo esté presente durante la diligencia de declaración sin que la persona sepa en realidad cual es el propósito de su intervención.

Una vez que el perito escucha el discurso y observa el comportamiento de la persona, puede emitir una opinión profesional respecto al estado emocional y mental de dicha persona. Sin embargo no se hace una evaluación psicológica completa. Por lo tanto no se emite un dictamen de evaluación psicológica, pues este carecería de la metodología necesaria para tal documento. En este caso se emite un informe u opinión técnica respecto de lo observado durante la declaración. Para efectos prácticos se ha mencionado que la persona presenta algún tipo de enfermedad mental que no se puede determinar y que se recomienda la intervención de un Psiquiatra. De esta manera la autoridad correspondiente podrá actuar de acuerdo con las circunstancias.