domingo, 20 de septiembre de 2009

El Dictamen Pericial en materia de Psicología Forense

El Dictamen Pericial es el resultado final de la intervención de un perito; es la opinión técnica, científica o profesional que emite un experto en cualquier arte, ciencia, profesión o actividad con respecto al análisis o examen realizado a un planteamiento sometido a su conocimiento respectivo, en este caso, el perito en materia de Psicología Forense.

El Dictamen psicológico es entonces el resultado de una evaluación psicológica. A lo largo de la práctica como perito, y sobre todo en las intervenciones como perito tercero en discordia, he visto diferentes formatos de dictamen, desde machotes con cuadros de opciones donde se pone paloma o tache según lo encontrado en una entrevista hasta reportes de investigación que bien pudieran aparecer en una revista científica.

Por otra parte, he visto formatos de dictamen del tipo "estándar", es decir dichos formatos son aplicados para cualquier tipo de intervención en materia de psicología forense, o sea que se aplica en mismo formato de dictamen para evaluaciones en casos de violación, secuestro, abuso sexual infantil, entre muchos otros y lo que puede suceder con estos formatos es que se puede caer en algún tipo de sesgo en la información que puede afectar el resultado final de la evaluación. Aquí es necesario reconocer que cada evaluación debe tener sus propias variantes en la metodología a aplicar, pues definitivamente no se puede aplicar la misma metodología para evaluar a un menor de edad víctima de abuso sexual infantil, a un adulto víctima de secuestro, o a un mujer víctima de una agresión sexual por tal motivo no se puede tener un formato definitivo para todo tipo de evaluación psicológica, sino que se debe establecer un protocolo de evaluación psicológica para los diferentes tipo de intervención posibles en materia de psicología forense.

De tal manera que se debe evitar seguir un formato estándar para la realización de una evaluación psicológica. Lo recomendable es seguir los protocolos establecidos para cada caso que ya se han aplicado por asociaciones nacionales e internacionales para los diferentes tipos de temas a investigar, por ejemplo, el "Protocolo de Estambul" marca los lineamientos a seguir para investigar casos de posible tortura, en el caso de abuso sexual infantil existe varias ONG´s que proponen diferentes protocolos para estos casos, de igual manera sucede con los protocoles de atención a mujeres violadas. Así pues como parte de la preparación previa para intervenir en una evaluación psicológica está la investigación de la literatura relativa al tipo de intervención que se va atender incluida la revisión de los protocolos usados y recomendados por organizaciones especializadas en dicha temática.

jueves, 17 de septiembre de 2009

¿Cómo selecciona el pedófilo a su víctima?

"El ofensor sexual que siente el impulso de satisfacer sus impulsos sexuales con un menor va a tener que seleccionar a su víctima de la misma manera que lo haría cualquier criminal, no va a exponer su vida o su libertad de manera tan insensata como para hacerlo con el primero que se le aparezca. Tiene que haber un pensamiento previo o bien una preparación.
Cuando se trata de seducir o conseguir la aceptación sexual de un infante o menor de edad, es decir, la aceptación de ser violado en la intimidad emocional o física, el niño tiene que tener ciertas características. Definitivamente el agresor sexual no lo haría con todos.
Todos los niños tienen diferente carácter, existen niños que no se dejarían tocar ni un cabello y otros que pueden ser víctimas y pueden sucumbir ante una tentativa de abuso. Estos niños van a presentar muchos síntomas en la personalidad: la timidez, el retraimiento, el aislamiento, quizá la falta de alegría de vivir, la aparente necesidad de protección. Estos en la mira de un pedófilo son la víctima ideal y va a empezar el proceso de seducción en el que se acercaran y dirán: ¿Qué te pasa? ¿Que tienes? ¿Que necesitas? Yo te puedo ayudar, yo puedo ser tu amigo, yo te quiero. Así van ganando la confianza de la víctima. Éste no es el violador desconocido que se va a encimar brutalmente sobre el cuerpo de la víctima. No, aquí hay otro proceso en el que se selecciona a la víctima porque la víctima al igual que el ofensor también tiene una patología". (Lammoglia, 2002).
Existen personas que no saben manejar sus instintos y se fugan en el momento de peligro haciendo actos insensatos. Lo mismo ocurre con muchas víctimas del abuso sexual que se quedaron paralizadas porque no supieron manejar su emoción y se evadieron por caminos falsos. Como el silencio, la prudencia o la parálisis.
Una vez que esto sucede, viene el sentimiento de culpa y cuando éste se desarrolla es un freno para todo. Provoca un pánico que mantiene a la víctima callada. La víctima piensa que fue ella quien propició todo. Y esto es lo que buscaba el pedófilo, un niño con un patología que le impidiera evitar sus ataques, pero sobre todo un niño que pudiera manipular y que no lo delatara.(Lammoglia, 2002).